Qué es la sexología

La Organización Mundial de la Salud OMS, considera la salud sexual, como un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es meramente ausencia de enfermedad, disfunción o malestar.

Se entiende por Sexología el estudio científico del hecho sexual humano y sus consecuencias. Sus líneas de trabajo son la educación sexual, el asesoramiento sexual y la terapia sexual.

  • Los conceptos que se derivan de el son la sexuación, relacionada con las estructuras; la sexualidad, relacionada con las vivencias; la erótica relacionada con los deseos; y finalmente la amatoria, relacionada con el ars amandi.
  • Los planos de individuación de los sujetos son los modos, matices y peculiaridades.
  • A través de todo esto, se conceptualizan todos los fenómenos y los respectivos problemas que forman el campo de objeto de estudio y trabajo de la Sexología.
  • Existen tres modalidades en el ejercicio profesional de la sexología: la educativa, el asesoramiento y la terapéutica.
  • La adopción de esta triple fórmula por la Organización Mundial de la Salud en el doc. 572 de 1974 la generalizó e implantó en todos los países de Occidente.
  • Entendemos por terapia sexual el formato en el que se aúnan las claves básicas, estrategias, tácticas, técnicas y recursos, en torno al factor sexual. Es el formato resultante de esta organización lo que hace que se denomine terapia sexual. La finalidad de la Terapia sexual es instaurar o facilitar un ars amandi que posibilite el encuentro de los sujetos sexuados.
  • Es una interacción verbal o escrita entre un sexólogo y un usuario/a o varios/as. El sexólogo ofrece atención profesional y de calidad, y puede o bien plantearle ciertas cuestiones o darle información apropiada en base a lo que el usuario/a de manera verbal o no verbal ha aportado, para que éste pueda resolver sus dudas, dificultades, inconvenientes o simplemente porque quiere satisfacer su curiosidad. El objetivo es siempre aumentar su capacidad para tomar decisiones y mejorar su vida.
  • En el asesoramiento se trabaja principalmente con el presente y se plantea la intervención como un apoyo para el cambio de experiencias, significados, conductas y demás, que por el motivo que sea, le están generando evidencias insatisfactorias y un malestar significativo.
  • También se le puede llamar counseling o consejo asistido, donde su principio es que las personas estamos capacitadas para resolver nuestros propios problemas, si se nos da la oportunidad y la ayuda necesaria.
  • El asesoramiento por tanto es un proceso de colaboración entre el usuario/a y el sexólogo donde ambas partes son activas. La parte profesional se responsabiliza del proceso de intervención informando y facilitando herramientas y estrategias, y la parte usuaria se compromete a trabajar en base a las tareas que se pautan y también a responsabilizarse de su propio cuidado ya que es quien sufre esa insatisfacción, malestar o inquietud.
  • Debido a que el sexo (masculino/femenino) nos hace únicos/as, y que las peculiaridades están presentes en la biografía de cada cual, la sexualidad se convierte en única e irrepetible, por tanto no es objetiva, si no totalmente subjetiva. En definitiva, generamos un proceso de colaboración donde atender a los usuarios/as que consultan, y no nos centramos en responder a las preguntas que los usuarios traen. Osea que el fin de la intervención, es atender a quien consulta y no a la pregunta.

Sexualidad, ¿de qué estamos hablando?

  • El sexo no es lo mismo que el placer o la reproducción, ni tampoco es el deseo ni la excitación.
  • El sexo no es lo que hacemos, no es lo que tenemos, tan pocos lo que disfrutamos, el sexo es algo que somos. Somos hombres y mujeres.
  • Todos/as únicos/as y peculiares, con nuestra personalidad y nuestra sexualidad es decir, nuestra propia forma de ser y de vivirnos como hombres y como mujeres.
  • No hay dos personas iguales, cada uno/a tiene sus propios sentimientos, sus emociones sus deseos y su manera de entender las relaciones.
  • Somos sexuados/as y por ello vamos a sentirnos atraídos/as por otros hombres o mujeres y vamos a expresar ese deseo a través de nuestras relaciones eróticas, que son además una forma de obtener placer.
  • Supuestamente, ya estamos haciendo educación sexual en el sistema público de enseñanza. Al menos eso nos dicen. Nos gusta decir que "nuestros hijos sabe más que nosotros porque el sexo ya no es tabú". Sin embargo, salvo algunas nociones sobre reproducción humana incorporadas en la asignatura de ciencias naturales, la escuela sólo ofrece charlas o cursillos preventivos, enterrados en la higiene venérea y en la contracepción (o sea, para evitar infecciones de transmisión genital y para evitar embarazos adolescentes). Con ello hacemos "prevención sexual" diciendo que hacemos "educación sexual".
  • ¿Distinguimos lo uno de lo otro? son dos cosas diferentes.
    • Educar es promover lo bueno.
    • Prevenir es evitar lo malo.
    • La prevención, compete al ministerio de sanidad. Está centrada en los temores y lo urgente.
    • La educación, compete al Ministerio de Educación. Está centrada en el valor y en lo importante.
  • En ningún caso puede sustituirse lo uno por lo otro, aunque realmente es lo que se está haciendo en las escuelas.
  • Debería promoverse desde la escuela la educación sexual real, pues si no se hace corremos el riesgo de que ellos mismos se eduquen de manera incidental, no profesional, inconsciente, no curricular, y a través de medios poco veraces.
  • Cuando los sexólogos hablamos de educación sexual, no nos referimos a una educación de los genitales y sus usos, sino a una educación de los sexos, por lo tanto a una formación que aborde sus diferencias, sus identidades, sus mixturas y sus interacciones. Cuando decimos educación sexual hablamos de educación de los sexos.
  • La educación sexual entendida como educación de los sexos (educación del sexo femenino y del sexo masculino)
  • El objetivo principal es formar personas con sentido crítico y responsabilidad.
    • Les ayudará a entenderse a sí mismos y entre ellos
    • Les ayudará a entender cómo se van haciendo hombres y mujeres
    • Entenderán cómo se sienten y cómo viven su cuerpo sexuado en masculino o en femenino
    • Sabrán cómo se expresan como hombres o como mujeres
    • Se darán cuenta de sus peculiaridades
  • En educación sexual, lo ideal sería trabajar con toda la comunidad educativa y que la implicación por tanto viniera por parte del alumnado, profesorado, familias y entidades sociales.
  • Se trabaja con herramientas, técnicas prácticas, rápidas y útiles que se puedan usar.
  • Si nos interesa realmente que la educación que recibimos tanto nosotros como nuestros hijos/as sea de calidad, y la impartan profesionales hay un dato alarmante que tenemos que tener muy en cuenta y no solo los padres, sino también desde las instituciones hay que tomar cartas en el asunto: la educación sexual debe ser impartida únicamente por sexólogos, y no debe fomentarse el intrusismo profesional.
  • Los sexólogos somos los verdaderos especialistas en este área y el permitir que otros profesionales no sexólogos, intenten impartir algo que llaman educación sexual (porque hablar de métodos anticonceptivos, enfermedades de transmisión genital y cambios corporales no es hacer educación sexual) no solo incurre en un intrusismo laboral, si no que estamos ante un peligro muy claro y es que una buena intervención no se consigue con buena intención y predisposición, vamos a poner un ejemplo: ¿Qué diríamos si un taxista que hizo un curso de primeros auxilios se pusiera a operar a una persona, con toda su buena intención y en base al curso que hizo? Es una locura ¿verdad?, extrapolémoslo a la educación sexual, ¿es correcto y profesional que una persona imparta educación de los sexos porque lleve muchos años dedicándose a la docencia? No. ¿Es lícito permitir que alguien solo por tener una carrera universitaria y haya estudiado algún curso relacionado con la sexualidad hable de sexualidad? No. En ambas opciones no tienen la cualificación necesaria para abordar este campo, puesto que no se puede ser cardiólogo por tener corazón, ni dentista por lavarse los dientes todos los días ¿verdad?, así pues no se puede pretender ejercer las funciones del sexólogo sin serlo, y mucho menos creer saberlo todo de sexualidad simplemente por tener genitales o relaciones íntimas.
  • El ser sexólogo es una profesión específica, no es una especialidad. No es como en el caso de los médicos que pueden hacer medicina y luego elegir entre un gran abanico de especialidades (traumatología, ginecología, pediatría…) y serán médicos más la especialización que decidan. El sexólogo puede tener otra formación universitaria, pero ha de tener su titulación como sexólogo, por ello nuestras funciones no pueden ser suplidas por ninguna otra persona que no tenga esta misma titulación: sexología.
  • Los sexólogos somos indispensables y cualquier persona que no sea sexóloga y que ejerza nuestras funciones está incurriendo en un delito, cito el art. 403 del Código Penal: «El que ejerciere actos propios de una profesión sin poseer el correspondiente título académico expedido o reconocido en España de acuerdo con la legislación vigente, incurrirá en la pena de multa de seis a doce meses. Si la actividad profesional desarrollada exigiere un título oficial que acredite la capacitación necesaria y habilite legalmente para su ejercicio, y no se estuviere en posesión de dicho título, se impondrá la pena de multa de tres a cinco meses. Si el culpable, además, se atribuyese públicamente la cualidad de profesional amparada por el título referido, se le impondrá la pena de prisión de seis meses a dos años»)

Qué significa ser sexóloga

  • Para empezar no significa que sea ni coitóloga, ni orgasmóloga, ni follóloga, ni que mi libro de cabecera sea el kamasutra.
  • Tampoco es hablar de métodos anticonceptivos ni de infecciones de transmisión genital.
  • Ni si quiera tenemos nada que ver con la planificación familiar, de ello se encargan los sanitarios.
  • Significa que para mí el sexo (masculino y femenino) es objeto de estudio, de comprensión, de trabajo y de conocimiento intelectual, vivencial, existencial, experiencial, y relacional.
  • El sexo es estudiable y tiene una ciencia que lo estudia específicamente, que lo comprende y lo aprecia.
  • El sexólogo ofrece el sexo como un valor. Se trata de un valor válido y valioso.
  • El ser sexólogo es una profesión específica, no es una especialidad. No es como en el caso de los médicos que pueden hacer medicina y luego elegir entre un gran abanico de especialidades (traumatología, ginecología, pediatría…) y serán médicos más la especialización que decidan. El sexólogo puede tener otra formación universitaria, pero ha de tener su titulación como sexólogo, por ello nuestras funciones no pueden ser suplidas por ninguna otra persona que no tenga esta misma titulación: sexología.

ÁREAS DE INTERVENCIÓN SEXOLÓGICA

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